De vacaciones una comida típica empieza con entremeses o un entrante. En la estación fría
podría ser con focaccia, una especie de torta de masa de pan o de pizza enriquecida con queso
o lonchas muy finas de jamón o de speck. Según la temporada se podría comer soppressa (es como
el salchichón pero más gruesa, lo que supone más tiempo para curarse en la bodega y así coge
otro sabor más delicado), radicchio, queso gorgonzola con nueces o queso Asiago y setas.
Basta añadir un huevo a la pasta y cambia de verdad el sabor y la textura, y para amasarla se
necesita de manos habilidosas. Aquí en el norte se come mucho los bigoli, que es eso,
espaguetis "gordos" típicos vénetos hechos con pasta de huevo: por otra parte, los ñoquis se
hacen con puré de patatas (las de Rotzo son deliciosas, pues se cultivan en las montañas cerca
de Asiago). Los ñoquis se pueden comer con la salsa tradicional, el ragú, (octubre nos acoge
con un ragú hecho con hígado de pato) o muchas más, según la temporada y el lugar. La fioreta
es un requesón típico de Recoaro, una zona turística de montaña, también famosa por el agua
embotellada. En primavera se recogen muchas hierbas selváticas, como ortigas o bruscandoli,
una hierba de campo que crece aquí y se utiliza para la pasta y para la salsa.
El clásico plato de la estación fría es el spezzatino, guiso de carne que suele ser buey o
ternera, aunque a veces se hace con pollo o u otras aves de corral. Se suele guisar con
verduras o con salsa de tomate, setas o con el famoso radicchio (achicoria) de Treviso. Este
plato se sirve con polenta, tanto blanda o dura pero a la parrilla, que sustituía al pan una
vez y es el complemento ideal para la salsa.
Y para rematar bien la cosa, podemos servir este plato con verdura, cruda o a la plancha para
que conserve el sabor: radicchio de Treviso, Chioggia o Castelfranco, broccoli fiolaro del
cercano pueblo de Creazzo (una variedad muy rada y muy apreciada) y patatas, por supuesto.
Terminamos nuestra comida con un postre inventado por un restaurante de Treviso en la
posguerra: el Tiramisu. Capas de bizcochos embebidos en café con crema encima de mascarpone
son los ingredientes principales de este estupendo dulce.
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